martes, 16 de abril de 2024

La vida es un viaje... ¿prefieres conducir o ser solo un pasajero?

 


La vida eterna es algo por igual que se da a todo que acepta a nuestro Señor como su salvador, esto es representado por aquel Señor que mandando trabajadores a su finca a diferentes horas del día al final les dio a todos lo mismo; más sin embargo la gloria de cada quien será diferente.

 

Sobre esto Pablo, escribiendo a los de Corinto, en su primera carta les dice “asimismo, hay cuerpos celestes y cuerpos terrestres; pero el esplendor de los cuerpos celestes es uno y el de los cuerpos terrestres es otro. Uno es el esplendor del sol, otro el de la luna y otro el de las estrellas. Cada estrella tiene su propio brillo. Así sucederá también con la resurrección de los muertos”.

 

Sin duda alguna que es cómodo, muy cómodo, una vez venido a salvación, ya no esforzarse por crecer en el conocimiento de Dios y su Hijo y solo cumplir con lo que hay que cumplir, no hay problema, la salvación no depende de eso, pero la gloria de cada uno sí.

 

Crecer en el conocimiento de Dios y su Hijo implica estudiar, orar, meditar, pedir esa sabiduría que hace falta a Dios para avanzar en el Camino a las promesas que se nos han dado.

 

Solo que hay una cosa que tener en cuenta: Conforme más crece uno en el conocimiento de Dios y su Hijo más se nos exigirá: “A todo el que se le ha dado mucho se le exigirá mucho; y al que se le ha confiado mucho se le pedirá aún más”.

 

Pablo es claro en esto escribiendo a los de Roma cuando les dice “Porque Dios pagará a cada uno según lo que merezcan sus obras”, no en cuanto a la salvación, la cual es de gracia, sino en cuanto a la gloria por el saber y el hacer conseguido.

 

Pero incluso esto último no será en los elegidos nunca motivo de vanagloria. Fijémonos en los veinticuatro ancianos de Revelación, los cuales simbolizan a los dos pueblos de los cuales Jesús hizo uno pues el doce es símbolo de gobierno –doce príncipes de Israel, doce apóstoles de la iglesia-, ¿qué hacen ellos?, quienes, por cierto, han sido coronados de gloria: “Los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo: Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creada”.

 

Estamos llamados a salvación, sí, pero también a crecer en el conocimiento de Dios y su Hijo poniendo por obra esa fe que se dice profesar para, así, en su momento, recibir cada quien la gloria debida, después de todo la vida es un viaje... ¿prefieres conducir o ser solo un pasajero?

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

www.rocefi.com.mx

 

 

Referencias:

Mateo 20:1-25; 1 Corintios 15:40-44; Colosenses 1:10-12; 2 Pedro 3:18; Santiago 1:5; Lucas 12:48; Romanos 2:6-7; Revelación 4:10-11


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