martes, 10 de octubre de 2023

Reflexión sin acción es vida sin vocación

 


Ser un seguidor de Jesús no solo es reconocerle como Señor sino actuar conforme al llamamiento que se ha respondido.

 

Jacobo, el medio hermano de Jesús, en su carta señaló esto diciendo “hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma”.

 

Haciendo eco de esto Pablo, escribiendo a los de Roma, les dice “porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los que cumplen la ley, ésos serán justificados”. De igual forma Juan, en su primera carta señaló “En esto conocemos el amor: en que Él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. Pero el que tiene bienes de este mundo, y ve a su hermano en necesidad y cierra su corazón contra él, ¿cómo puede morar el amor de Dios en él? Hijos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad”.

 

De esta forma vemos que la fe, para tener realmente un valor trascedente con relación a nuestra vocación, debe ir acompañada de las obras que la evidencien ante el mundo.

 

Sobre todo lo anterior, nuestro Señor en su momento les dijo a los suyos, y en su figura a todos los seguidores de todos los tiempos, incluyéndonos, “vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”.

 

De igual forma Pedro, en consonancia con esto, en su primera carta señaló “mantened entre los gentiles una conducta irreprochable, a fin de que en aquello que os calumnian como malhechores, ellos, por razón de vuestras buenas obras, al considerar las, glorifiquen a Dios en el día de la visitación”.

 

La fe es importante, pero poner por obra esa fe que se dice profesar es un requisito que se espera del elegido, requisito cuyo cumplimiento nos acerca cada vez más al carácter perfecto y santo de nuestro Padre Dios, después de todo reflexión sin acción es vida sin vocación.

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

www.rocefi.com.mx

 

 

Referencias:

Mateo 7:21-23; Romanos 2:13; 1 Juan 3: 16-18; Mateo 5:14-16; 1 Pedro 2:12


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