martes, 1 de agosto de 2023

Recuerda: eres tan grande como el tamaño de los sueños que estas por conseguir

 


Pudiera darse el caso, ante la vastedad de la creación, de que uno pudiera sentirse pequeño, insignificante ante ello. Esto no es privativo de uno, sino que incluso los elegidos por Dios lo han experimentado. David en su momento, contemplando el cosmos, escribió “Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?”

 

La pregunta es válida, pero también, y mayormente, es válida, y no solo válida sino veraz, lo que la Escritura señala sobre nosotros. Juan en su primera carta diserta sobre esto cuando señala “amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es”.

 

Llegar a ser como Cristo pudiera parecer increíble, pero la Palabra es reiterativa en esto, Pablo escribiendo a los de Galacia les dice “hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros”, por eso, en ese mismo sentido, el mismo Pablo, escribiendo a los de Roma, les dice Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse. Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios”. Pareciera, de nuevo, increíble, pero Dios mismo así lo ha revelado.

 

Sobre esto quisiera proponerte una reflexión que tiene que ver con el nombre de Israel, pero antes, quiero aclarar el alcance de dicho nombre. La palabra Israel puede referirse, sí, al pueblo carnal, físico y terrenal de Israel, pero también hace

referencia a todo aquel quien es llamado por Dios y llega a formar parte de Su

familia. Cuando el nombre de Jacob es cambiado a Israel, la

misma Escritura explica su significado. Israel viene de ישׂראל, Yisra'el, que significa

El que Lucha con Dios, pero la Escritura completa el significado pleno al señalar

en la cita dada que se le cambió no sólo porque había luchado con Dios y los

hombres, sino que en el caso de Jacob él había vencido, es así como

Israel se refiere a El Que Vence, lo cual abarca tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento, así como el pueblo carnal, físico y terrenal de Israel y la iglesia de

Dios, es decir, nos referimos a la familia de Dios conformada por todo aquel que

vence. De esto último es interesante que las cartas que Jesús por medio de Juan

envía a las iglesias en Revelación siempre se refiere las promesas que esperan al que venza.

 

Así que todos los elegidos estamos llamados a llegar a ser Israel, y, en ese sentido, quiero que veas como es que se escribe ese nombre en hebreo: Comienza con la letra más pequeña del alfabeto, la yud, pero termina con la letra más grande del mismo, la lamed. Interesante, ¿verdad?, un comienzo incipiente con un final grandioso. Providencialmente algo así señala la misma Palabra cuando, en el libro de Job se señala “y aunque tu principio haya sido pequeño, tu postrer estado será muy grande”.

 

El elegido sabe que su estado actual no es aquel al que está llamado permanecer, sino que viviendo la fe en santidad espera el momento en que, transformado en gloria, le sirva a Dios en perfección por toda la eternidad, así que recuerda: eres tan grande como el tamaño de los sueños que estas por conseguir.

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

www.rocefi.com.mx

 


Referencias:

Salmos 8:3-4; Job 22:12; 1 Juan 3:2; Juan 1:12; Gálatas 4:19; Efesios 4:13; Romanos 8:18-19; Colosenses 3:4; Génesis 32:29; Revelación 2:7, 11, 17, 26: 3:5, 12, 21; Job 8:7; Mateo 13:12,31,32


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