lunes, 23 de enero de 2023

Dar el extra en tu vida no es esforzarte todo lo posible sino más bien lograr esforzarte hasta lo imposible

 


Sin duda alguna que el andar por el Camino rumbo a las promesas que se nos han dado no es cosa fácil ya que tenemos que lidiar con el Enemigo, el Mundo y la Carne, sobre esto Juan, en su primera carta nos dice “no améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, la pasión de la carne, la pasión de los ojos y la arrogancia de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y también sus pasiones, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre”.

 

Sobre esta contienda Pablo escribiendo a los de Éfesos nos dice “porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”, imaginémonos esto, sin duda que podríamos pensar que se trata de una lucha desigual, pero no es así. Veamos esto con una historia.

 

En su momento el Rey de Siria estaba en guerra con Israel. En ese entonces Eliseo era profeta y sus consejos eran oídos por el Rey de Israel haciendo que el Rey de Siria no pudiera nada contra Israel. Entonces el Rey de Siria envía sus ejércitos a Dotan, ciudad en la que se encontraba el profeta.  Su ayudante, temeroso de aquello se lo comenta al profeta, la Escritura nos relata el resto: “[Eliseo] dijo: No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos. Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo. Y luego que los sirios descendieron a él, oró Eliseo a Jehová, y dijo: Te ruego que hieras con ceguera a esta gente. Y los hirió con ceguera, conforme a la petición de Eliseo”.

 

El problema con lo señalado al inicio es que, en muchas ocasiones, al ir a la batalla con aquello que enfrentamos en el Camino, lo que vemos y evaluamos son nuestras capacidades, pero lo que debemos ver y evaluar es la capacidad de Aquel que nos ha llamado a salvación. ¿Qué algo es imposible?, tal vez lo sea, pero para nosotros: Para Dios no hay imposibles.

 

Sobre esto, recordemos aquello que Dios le dijo a Pablo cuando enfrentaba, sin mucho éxito según él, las vicisitudes de sus batallas: “Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte”.

 

El andar por el Camino no está exento de tribulaciones, grandes tribulaciones, enormes tribulaciones que nos pueden parecer imposibles de salvar, pero Dios no nos ha llamado a lo posible sino a lo imposible, obvio: con su ayuda, después de todo dar el extra en tu vida no es esforzarte todo lo posible sino más bien lograr esforzarte hasta lo imposible.

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

www.rocefi.com.mx

 

 

Referencias:

1 Juan 2:16; Efesios 2:3; Romanos 13:14; Efesios 6:12; Marcos 4:19; 1 Corintios 9:25; 2 Reyes 6:16-19; Romanos 8:31; Éxodo 14:13; Lucas 1:37; Génesis 18:14; Mateo 19:26; 2 Corintios 12:9-10; 1 Corintios 2:5


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