La
historia bíblica de Marta y María contienen mucha edificación para los
elegidos. Dicha historia, contenida en
el Evangelio de Lucas, señala “aconteció que [Jesús] yendo de camino, entró en
una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa. Esta tenía una
hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su
palabra. Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo:
Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me
ayude. Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con
muchas cosas. Pero solo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte,
la cual no le será quitada”.
Como
podemos ver, Jesús no recrimina el que Marta esté afanada y turbada en muchas
cosas, sino más bien que su orden de prioridades no sea el correcto. Teniendo
de visita en su casa a la Palabra hecha carne, ¿habría algo más importante que
escucharlo?
En
esa misma línea de pensamiento, en el Evangelio de Mateo, Jesús, después de la
contextualización requerida, establece el correcto orden de prioridades que
debe regir en la vida de los elegidos: “Por tanto os digo: No os afanéis por
vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo,
qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que
el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en
graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más
que ellas?¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su
estatura un codo? Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios
del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón
con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. Y si la hierba del campo
que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más
a vosotros, hombres de poca fe? No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos,
o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas
cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas
cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas
cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el
día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal”.
La
vida está llena de necesidades, la Escritura nunca nos alienta a ser indolentes
ante ello, por el contrario, nos insta a proveer lo necesario para ella tanto
para uno como para los nuestros, como la misma Palabra indica “porque si alguno
no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y
es peor que un incrédulo”, pero en función del llamamiento al que hemos
respondido, lo eterno, debe superponerse a lo temporal, de esta forma para priorizar tus acciones no solo consideres lo urgente
o lo importante sino también lo trascendente.
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
Referencias:
Lucas 10:38-42; Salmos 27:4; Juan 6:27; Mateo 6:25-33; Filipenses 4:6; Lucas 12:22-24; 1 Timoteo 5:8; Isaías 58:7; Gálatas 6:10
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