Todos
conocemos la parábola que se conoce como la del hijo pródigo. En ella se
resalta generalmente el carácter misericordioso así como el amor del padre para
con hijo rebelde y arrogante. Con todo y todo quisiera nos fijáramos en un
aspecto poco abordado de dicha parábola: la referida a la propia rebeldía y
arrogancia del hijo.
La
parábola en cuestión, relatada por Jesús,
señala: “También dijo: Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos
dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les
repartió los bienes. No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se
fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo
perdidamente. Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella
provincia, y comenzó a faltarle. Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de
aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos. Y
deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie
le daba. Y volviendo en sí, dijo:
¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí
perezco de hambre! Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado
contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como
a uno de tus jornaleros. Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba
lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre
su cuello, y le besó. Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y
contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. Pero el padre dijo a sus
siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y
calzado en sus pies. Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos
fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es
hallado. Y comenzaron a regocijarse”.
¿Pudiera
la actitud rebelde y arrogante del hijo pródigo mostrarnos algo para nuestra
edificación? Sé que la apuesta es
arriesgada, por eso casi nunca se aborda de manera positiva esto, ¿cómo señalar
que lo que hizo el hijo prodigo puede tener algo bueno, algo que nos sirva para
edificación?, pero así es.
La
cuestión estriba en que uno no va a exaltar, a reconocer, lo malo que hizo el
hijo pródigo sino lo bueno que resultó de ello. Cuando los hermanos de José
fueron ante él con miedo de que tras la muerte de Israel, su padre, tomara
venganza contra ello, José les dijo “ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios lo
cambió en bien”, de esta forma incluso con nuestros errores Dios puede hacer
una obra de perfección y santidad, ¿cuál será esto en el caso del hijo
pródigo?, la respuesta es: La conciencia que adquirió.
En
el relato del hijo pródigo llega el momento en que se nos dice “Y volviendo en sí,
dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo
aquí perezco de hambre! Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he
pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo;
hazme como a uno de tus jornaleros”. De ahí en adelante su carácter fue
cambiado, sí: por las circunstancias adversas que tuvo que pasar, pero también por
la conciencia que de las mismas adquirió.
De
esta forma un hijo de Dios no se queda
rumiando en los tropiezos, las caídas, vamos: los pecados que experimenta en su
andar por el camino, sino que los usa para, con la ayuda del Espíritu de Dios,
trabajar en ello para que, avanzando hacia las promesas que se nos han dado,
replicar en uno el carácter perfecto y santo de nuestro Padre Dios, así que ya
lo sabes: ¿Cometiste un error?
¡Excelente! Has descubierto un área de oportunidad de mejora personal.
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
Referencias:
Lucas
15:11-24; Génesis 50:20; Romanos 8:28; 2 Samuel 16:12; Romanos 8:30; 2
Corintios 4:15; Efesios 1:11; Filipenses 3:14
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