Hay
quienes al venir a salvación tienen la idea de que desde ese momento en
adelante todo será, como coloquialmente se dice, miel sobre hojuelas, que no
tendrán mayores problemas y que todo les saldrá bien, después de todo tienen a
Dios de su parte ¿por qué no habría de ser así?
Más
sin embargo si nos atenemos a la Escritura vemos que el escenario es
completamente diferente, pero no solo diferente sino que incluso se nos ha
prevenido de ello.
Nuestro
Señor, poco antes de su partida, dijo a los suyos y en su figura a todos los
seguidores de todos los tiempos “entonces os entregarán a tribulación, y os
matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre”, de
hecho fue mucho muy claro en esto cuando señaló “Acordaos de la palabra que yo
os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido,
también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán
la vuestra”.
Sobre
lo anterior Pablo, quien ya para entonces había vivido lo que era la vida
cristiana, señala “es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos
en el reino de Dios”, y en ese mismo orden de ideas Pedro, en su primer carta, les
explica a los elegidos “amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha
sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, sino gozaos por cuanto
sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación
de su gloria os gocéis con gran alegría. Si sois vituperados por el nombre de
Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre
vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros
es glorificado”.
Lo
más irónico de todo lo anterior es que aquellos que en nuestra contra estén
creerán en su fuero interno que están actuando conforme a la voluntad de Dios.
Jesús aclaró esto cuando dijo a los suyos “os expulsarán de las sinagogas; pero
viene la hora cuando cualquiera que os mate pensará que así rinde un servicio a
Dios”.
Ante
esta perspectiva, ¿cuál será el fin de aquellos inicuos? La Escritura es clara
en cuanto a esto: “Pero los transgresores serán destruidos a una; la posteridad
de los impíos será exterminada”, o bien “estos sufrirán el castigo de eterna
destrucción, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder”.
Es
por ello que Pablo, escribiendo a los de Filippo les dice “de ninguna manera
amedrentados por [vuestros] adversarios, lo cual es señal de perdición para
ellos, pero de salvación para vosotros, y esto, de Dios”. Así que, más que ver
a aquellos que buscan detener nuestro andar, debemos avanzar confiadamente a
las promesas que se nos han dado, después de todo muchas veces quien te critica no es más que alguien que
está sentado a la orilla del camino mientras tu avanzas.
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
Referencias:
Mateo
24:9; Lucas 11:49; Juan 15:20; 1 Corintios 4:12; Hechos 14:22; Juan 16:33; 1
Pedro 4:12-14; 1 Corintios 3:13; Juan 16:2; Lucas 6:22; Salmos 37:38; Proverbios
2:22; 2 Tesalonicenses 1:9; Isaías 1:28; Filipenses 1:28; 2 Tesalonicenses 1:5