miércoles, 27 de marzo de 2019

Servicio es entender y aceptar que en muchas ocasiones tú serás quien haga el camino, pero otro quien lo recorrerá



La Escritura define lo que es el amor, en el caso del amor a Dios esto tiene que ver con guardar sus mandamientos, en el caso del amor al prójimo el hacer a ellos como queramos nos hagan.

En esto último, una de las maneras de demostrar al prójimo ese amor es a través del servicio ya que según la Escritura así es el amor: servicial, pero ¿qué podemos entender por esto?

La idea del servicio es clara cuando se nos dice que debemos volvernos a los demás su servidor, idea que por su misma definición implica el servirles, el serles útil, ¿cómo podemos ser útiles?

Si bien hay cuestiones temporales en las cuales podemos servir a los demás, lo principal son las metas eternas basadas en las promesas que se nos han dado, ese servicio es el principal en nuestra vida, y para ello tenemos el ejemplo de nuestro Señor Jesús quien de sí mismo dijo que no vino a ser servido sino a servir. Ese debe ser nuestro principal referente.

Volviendo sobre las preguntas  iniciales, ¿cómo podemos ser serviciales, ser útiles?, además del ejemplo de Cristo, tenemos la guía escritural ya que si realmente deseamos ser útil a los demás en cuestiones relacionadas con las promesas eternas, es la Palabra de Dios la que debe ser nuestra guía.

“Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra”, dice la Palabra de Dios, y si podemos lograr esto realmente estamos siendo mucho muy útiles a los demás.

Pablo escribiendo a los Hebreos, y en ellos hablando hoy a nosotros, alienta a  “[exhortarnos] los unos a los otros cada día, mientras todavía se dice: Hoy; no sea que alguno de [nosotros] sea endurecido por el engaño del pecado”, así que en la medida que podamos servir a los demás para apartándolos del pecado traerlos al Camino estamos siendo útil.

Ese servicio implica alentarnos los unos a los otros, y edificarnos el uno al otro. El aliento motiva, impulsa, sobre todo cuando fallan las fuerzas, la edificación implica desarrollo, crecimiento, “hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, a la condición de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”.

Independientemente de todo lo dicho, conjuntamente con el servir, uno debe comprender que sólo somos colaboradores de Dios pero el crecimiento lo da Él, “así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento” y en ese sentido hay que hacer lo que nos corresponde y confiar en que Dios hará lo que sea conforme a Su voluntad, para Su mayor gloria y para nuestro bien, esto incluso cuando no sepamos o veamos el final que todo nuestra labor tendrá, como dice la Escritura “de mañana siembra tu semilla y a la tarde no des reposo a tu mano, porque no sabes si esto o aquello prosperará, o si ambas cosas serán igualmente buenas”.

Como cristianos hay que buscar ser útiles a los demás, sobre todo con la mira en las promesas eternas que se nos han dado, trabajando con ahínco y esperanza, haciendo lo que nos corresponde y dejando, confiando y esperando en Dios lo que conforme a su voluntad ha de ser ya que servicio es entender y aceptar que en muchas ocasiones tú serás quien haga el camino, pero otro quien lo recorrerá,


Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación • I+D+i • Consultoría
Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor



Referencias:
1 Juan 5:3; Mateo 7:12; 1 Corintios 13:4; Marcos 9:35; Marcos 10:45; 2 Timoteo 3:16-17; Hebreos 3:13; 1 Tesalonicenses 5:11; Efesios 4:13; 1 Corintios 3:6-7; Eclesiastés 11:6


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