Uno esperaría que, una vez aceptado el
llamamiento del Padre para venir a salvación en el presente siglo, la vida
sería por lo menos más llevadera, después de todo hemos venidos a ser salvos,
pero en ocasiones la realidad se impone mostrándonos que más bien es al revés.
Nuestro Señor mismo en su momento señaló “acordaos
de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí
me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi
palabra, también guardarán la vuestra” y también “Esas cosas os he hablado para que en mí tengáis
paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”.
Imaginémonos la invitación a ser parte de
algo que más bien nos traerá adversidad, por eso para el mundo la proclamación
de la cruz es una sinrazón, como Pablo en su momento lo dijo, “pero
nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente
tropezadero, y para los gentiles locura”.
Ante ese escenario, de manera natural uno
tendría la tendencia a ver todo en blanco y negro: Blanco si todo nos va bien,
negro si las cosas marchan mal; pero de manera espiritual se establece una
mayor gama de colores.
Fíjate como se expresa Pablo de lo que ha
vivido a partir de responder al llamamiento del que fue objeto: “Tres veces he
sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio;
una noche y un día he estado como náufrago en alta mar; en caminos muchas
veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación,
peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto,
peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en
hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez; y además de otras cosas,
lo que sobre mí se agolpa cada día, la preocupación por todas las iglesias”.
Si uno se fija en las vicisitudes padecidas por Pablo no
puede menos que ver todo oscuro, pero hay expresiones de Pablo de luz, fuerza y
esperanza, que nos permiten ver otra gama de colores: “Que estamos atribulados
en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas
no desamparados; derribados, pero no destruidos; llevando en el cuerpo siempre
por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se
manifieste en nuestros cuerpos”.
El elegido sabe que más allá de lo que a primera vista
parece ser una vida en blanco y negro, hay un plan multicolor desarrollándose
conforme a la voluntad del Padre donde su carácter se está replicando en
nosotros, todo es cuestión de que, con una actitud basada en la que se profesa
se cambie de perspectiva, así que atrévete: La historia de tu vida también
puede ser escrita con colores.
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
Referencias:
Juan 15:20; Hechos 7:52-60; Juan 16:33; Romanos 5:1,2; 1 Corintios 1:23; Gálatas 6:14; 2 Corintios 11:25-28; Hebreos 11:37-38; 2 Corintios 4:8-10; Romanos 8:35-37
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