martes, 23 de mayo de 2023

Conquistar un sueño es comenzar a soñar uno nuevo

 


Si bien es cierto que los elegidos tenemos promesas que se cumplimentarán a la venida de nuestro Señor, eso no quiere decir que en el presente siglo no experimentemos triunfos sobre ciertos aspectos de nuestra vida.

 

Pablo en su primera carta a los de Corinto les dice “¿o no sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os dejéis engañar: ni los inmorales, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los difamadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios. Y esto erais algunos de vosotros; pero fuisteis lavados, pero fuisteis santificados, pero fuisteis justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios”.

 

Esa frase de que “esto erais algunos de vosotros” implica que han dejado de serlo, por lo que puede decirse que en esos aspectos de la vida aquellos elegidos que así les ha pasado han experimentado triunfos en su vida.

 

Lo interesante de la frase de Pablo es que comienza diciendo “¿o no sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios?”, luego entonces será menester entender qué es justicia ya que hacer lo contrario a ello nos pondría del lado de los injustos, y para ello no se tiene que elucubrar mucho pues la misma Palabra señala qué es justicia: “Hablará mi lengua tus dichos, porque todos tus mandamientos son justicia”.

 

De esta forma es claro que conocer y poner por obra los mandamientos de Dios nos pone del lado de los justos siendo que lo contrario nos cualificaría como aquellos injustos que no heredarán el reino de Dios.

 

En esa misma línea de pensamiento Pablo, escribiendo a los de Éfeso, les dice “que nadie os engañe con palabras vanas, pues por causa de estas cosas la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia. Por tanto, no seáis partícipes con ellos; porque antes erais tinieblas, pero ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de la luz (porque el fruto de la luz consiste en toda bondad, justicia y verdad)”.

 

En esta otra cita, lo interesante es como es que Pablo se refiere a aquellos que participan de las tinieblas: Hijos de desobediencia. Interesante pues nuestro Señor en su momento lo dejó claro: “No todo el que me dice: «Señor, Señor», entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: «Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?». Y entonces les declararé: «Jamás os conocí; apartaos de mí, los que practicáis la iniquidad»”.

 

La palabra “iniquidad” de la cita anterior se ha traducido del griego ἀνομίαν, anomian, que literalmente quiere decir “sin ley”. Así que aquellos injustos, aquellos que practican iniquidad, son los que no cumplen con la Ley de Dios, caso contrario, quienes sí cumplen son llamados justos, como se refiere Lucas al inicio de su Evangelio referido a los padres de Juan el Bautista: “Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Abías; su mujer era de las hijas de Aarón, y se llamaba Elisabet. Ambos eran justos delante de Dios, y andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor”, pues, como escribe el mismo Pablo pero a los de Roma “porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los que cumplen la ley, ésos serán justificados”.

 

¿Y qué puede esperar alguien que actúa conforme a la voluntad de Dios?, como escribe Pablo a los de Corinto en su segunda carta: “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor”, y mientras eso pasa en la misma carta Pablo dice “pero gracias a Dios, que en Cristo siempre nos lleva en triunfo, y que por medio de nosotros manifiesta en todo lugar la fragancia de su conocimiento”, así que, en nuestro andar por el Camino, conquistar un sueño es comenzar a soñar uno nuevo.

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

www.rocefi.com.mx

 

 

Referencias:

1 Corintios 6:9-11; Gálatas 5:19-21; Salmos 119:172; Deuteronomio 6:7; Efesios 5:6-9; Colosenses 2:8; Mateo 7:21-23; Romanos 2:13; Lucas 1:5-6; Santiago 1:22; 2 Corintios 3:18; Romanos 8:29; 2 Corintios 2:14; 1 Juan 3:2


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