¿Te
has dado cuenta, en el caso de los elegidos, lo mucho que nos frustramos, nos
entristecemos, nos deprimimos cuando tropezamos o caemos?, ese sentimiento,
paradójicamente, en vez de hacerte ver menos como un hijo de Dios debería
hacerte ver el trabajo que el Espíritu ha comenzado en ti, ¿por qué?, porque si
siguieras siendo del mundo aquellos tropiezos, aquellas caídas, no te
molestarían en nada, siendo que, al ser lo contrario, algo ha comenzado a
cambiar en ti haciéndote sentir mal cuando suceden esos reveses en el andar por
el Camino.
Sobre
esto, Pablo escribiendo a los de Corinto, en su primera carta les dice “¿no
sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los
fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que
se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los
maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. Y esto erais
algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis
sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro
Dios”.
Eso
de “esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados,
ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de
nuestro Dios”, quiere decir lo señalado al inicio: El haber venido a salvación
ha comenzado un cambio en nosotros que ahora nos hace ver mal lo que antes
veíamos como bueno ya que hemos comenzado a verlo con los ojos de Dios, no los
nuestros.
Pero
enfocándonos en ese sentimiento natural de frustración, tristeza o depresión al
tropezar o caer en el Camino en tanto vamos en pos a las promesas que se nos
han dado, David en su momento señaló “¿por qué te abates, alma mía, y [por qué]
te turbas dentro de mí? Espera en Dios, pues he de alabarle otra vez [por] la
salvación de su presencia”, de igual forma Pedro, en su primera carta señala “echando
toda vuestra ansiedad sobre El, porque El tiene cuidado de vosotros”
Ante
esto, tal vez el mejor ejemplo sea el que Pablo nos ha dejado cuando señala
escribiendo a los de Filipo, “hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya
alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y
extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo
llamamiento de Dios en Cristo Jesús”.
En
el caso de los elegidos es natural sentirnos mal al caer o tropezar en el
Camino, después de todo el conocimiento que se nos ha comenzado a dar por el
Espíritu de Dios en nosotros nos muestra lo que es malo, según Dios, y que
antes no veíamos así, con todo y todo nuestra esperanza debe estar en Aquel que
nos llamado a salvación motivándonos a levantarnos y seguir nuestro andar,
después de todo es natural frustrarse a veces, lo que no es natural es creer
que pateando el camino se avanzará en él.
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
Referencias:
1
Corintios 6:9-11; Romanos 8:30; Efesios 2:1-5; Salmos 42:5; Lamentaciones 3:24;
Salmos 71:14; 1 Pedro 5:7; Salmos 55:22; Mateo 6:25; Filipenses 3:13-14; Lucas
9:62; Hebreos 6:1
No hay comentarios:
Publicar un comentario