martes, 20 de diciembre de 2022

¿Que no quieres cambiar el mundo?, no hay problema ¡con que por lo menos no dejes el mundo te cambie a ti!

 


El ser parte de este mundo, para un elegido, puede ser muy frustrante. Cuando uno nace de nuevo comienza a ver lo que tanto en uno como en el mundo está mal y de manera natural uno pudiera querer cambiar tanto lo uno como lo otro.

 

Sobre Lot, Pedro en su primera carta nos dice “si condenó a la destrucción las ciudades de Sodoma y Gomorra, reduciéndolas a cenizas, poniéndolas de ejemplo para los que habrían de vivir impíamente después; si rescató al justo Lot, abrumado por la conducta sensual de hombres libertinos”. Uno, al igual que Lot, puede en su momento sentirse abrumado por la conducta sensual de los hombres libertinos de nuestra generación.

 

Más, ¿sabes?, la mejor manera de incidir en este mundo es mediante la conducta que como un hijo de Dios debemos mostrar. Jacobo, el medio hermano de Jesús, en su carta señala “¿Quién es sabio y entendido entre ustedes? Que lo demuestre con su buena conducta, mediante obras hechas con la humildad que le da su sabiduría”.

 

Es por ello que en su momento Jesús dijo a los suyos, y en su figura a todos nosotros, “vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”.

 

Pero yendo más allá de todo eso, es posible, de hecho así es, que incluso esa luz que de los elegidos brilla sobre el mundo no sea factor de cambio para este, más aún: sea factor de rechazo de uno por parte del mundo, esto por una razón muy sencilla dicha por el propio Jesús: “Y este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, pues sus acciones eran malas. Porque todo el que hace lo malo odia la luz, y no viene a la luz para que sus acciones no sean expuestas. Pero el que practica la verdad viene a la luz, para que sus acciones sean manifestadas que han sido hechas en Dios”.

 

Si uno con el vivir conforme al llamamiento al que se ha respondido, puede ser factor que incida en el mundo para hacerlo un mejor lugar, que bien; pero si uno no logra eso, por lo menos que no sea el mundo el que termine cambiándolo a uno, como Dios dijo en su momento a Jeremías “conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos”.

 

El elegido sabe que está en este mundo de paso, de hecho, sabe que éste mundo terminará, en ese sentido se enfoca en las promesas que han sido hechas, aun así, busca con su obrar conforme a la fe impactar favorablemente en el mundo actual, pero si no logra eso al menos busca que no sea el mundo el que termine cambiándolo a él, así que ya sabes, ¿que no quieres cambiar el mundo?, no hay problema ¡con que por lo menos no dejes el mundo te cambie a ti!

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

www.rocefi.com.mx



Referencias:

2 Pedro 2:6-7; Judas 1:15; Santiago 3:13; 1 Pedro 2:12; Mateo 5:14-16; Proverbios 4:18; Proverbios 2:12-14; Jeremías 15:19 u.p.; Ezequiel 44:23


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