martes, 21 de diciembre de 2021

El mejor proyecto es tu vida, la mejor inversión es tu tiempo, y los mejores rendimientos son tus sueños

 


El responder al llamamiento del Padre para venir a salvación en el presente siglo literalmente nos ha cambiado la vida, como dice la Escritura “porque Él nos libró del dominio de las tinieblas y nos trasladó al reino de su Hijo amado”.

 

De esta forma se nos ha dado un nuevo proyecto basado en una nueva vida con promesas que exceden lo que podamos imaginar “como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido al corazón del hombre, son las que Dios ha preparado para aquellos que le aman”.

 

Ese nuevo proyecto de vida implica el destinarle al mismo lo más valioso que tenemos que es el tiempo que Dios nos ha concedido. Sobre esto Pablo, escribiendo a los de Colosas, les dice “andad sabiamente para con los de afuera, aprovechando bien el tiempo”.

 

Una manera de hacer esto último es caer en cuenta de nuestra propia mortalidad, es decir, de que nuestra vida terminará, de que el tiempo que se nos ha concedido es relativamente, más bien: infinitamente poco comparado con la eternidad que tenemos por delante y que por lo mismo debemos aprovecharlo, como en su momento escribió el Rey David “enséñanos a contar de tal modo nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría”.

 

Si bien todo lo anteriormente señalado implica esfuerzo, ese esfuerzo, como se comentó de inicio, tiene la expectativa de una retribución que excede con mucho lo que en el presente siglo se tenga que padecer, como Pablo escribe a los de Roma cuando les dice “tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse”.

 

En el mismo sentido de igual forma Pablo, en su segunda carta a los de Corinto, reitera lo anterior cuando les señala “pues esta aflicción leve y pasajera nos produce un eterno peso de gloria que sobrepasa toda comparación”.

 

En ese sentido, toda la Palabra nos previene para no desperdiciar la oportunidad que ahorita tenemos, como en su momento Salomón escribió: “No ames el sueño, no sea que te empobrezcas; abre tus ojos [y] te saciarás de pan”, y “la pereza hace caer en profundo sueño, y el alma ociosa sufrirá hambre”, así como “la mano de los diligentes gobernará, pero la indolencia será sujeta a trabajos forzados”

 

Todo lo anterior apunta a saber aprovechar la oportunidad que en la actualidad se nos ha dado para crecer en el conocimiento de Dios y su Hijo y poniendo por obra esa fe que se dice profesar, después de todo el mejor proyecto es tu vida, la mejor inversión es tu tiempo, y los mejores rendimientos son tus sueños.

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

www.rocefi.com.mx

 


 

Referencias:

Colosenses 1:13; Hechos 26:18; 1 Corintios 2:9; Isaías 64:4; Colosenses 4:5; Efesios 5:15; Salmos 90:12; Deuteronomio 32:29; Romanos 8:18; Colosenses 3:4; 2 Corintios 4:17; 1 Pedro 5:10; Colosenses 1:10; Tito 3:14; 2 Pedro 3:18; Santiago 1:22-27; 2 Pedro 1:2; Proverbios 20:13; Romanos 13:11; Proverbios 19:15; 1 Corintios 15:34; Proverbios 12:24; Efesios 5:14


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