¿Será
que la salvación sólo implica creer en Jesús?, después de todo Pablo y Silas en
su momento le dijeron al carcelero que los custodiaba en Filipos “cree en el
Señor Jesús; así tú y tu familia seréis salvos”.
Para
responder esto, como todo, uno debe considerar toda la Escritura, no solo una
parte de ella o, peor aún, un solo versículo, después de todo ella misma sobre
sí dice “la suma de tu palabra es verdad”, es decir, la totalidad de la
Escritura.
Sobre
la pregunta inicial es interesante que nuestro Señor en su momento dijo a los
suyos, y en su figura a todos los creyentes de todos los tiempos, “¿Por qué me
llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo? Todo aquel que viene a mí, y
oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante. Semejante es al
hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la
roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa,
pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca. Más el que oyó y no
hizo, semejante es al hombre que edificó su casa sobre tierra, sin fundamento;
contra la cual el río dio con ímpetu, y luego cayó, y fue grande la ruina de
aquella casa”.
Creo
que lo anterior es más que lógico a la luz de lo comentado al inicio pues es
absurdo el decir que se cree en alguien pero que no se cree en lo que dice
siendo que si uno dice creer en Jesús debe creer en lo que dice y por ende
actuar en consecuencia.
Todavía
para terminar de armar el cuadro y para mayor contundencia, Jesús de igual
forma en su momento señaló “no todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el
reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los
cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu
nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos
milagros? Y entonces les declararé:
Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad”.
¿Sabes
que es lo más interesante de la cita anterior?, que la palabra hacedores de
maldad se ha traducido del griego ἀνομίαν, anomian, que literalmente quiere
decir “sin ley”. De esta forma aquellos que nuestro Señor rechazará son los que
si bien han hecho cosas que pudieran circunscribirse dentro del llamado, los
mismos, al haber enseñado, relacionado con la fe, o actuado, relacionado con las obras, contrariamente a la Ley de Dios, sus Diez
Mandamientos, caen en esa categoría de los “sin ley”, como Pablo escribe a los
de Roma “porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los que
cumplen la ley, ésos serán justificados”
De
esta forma ser cristiano no solo es decir “Señor, Señor”, sino hacer lo que
Cristo nos dice, actuar en consecuencia con lo que creemos, poner por obra esa
fe que se dice profesar, después de todo lo que haces debe seguir a lo que dices para que funcione lo que eres.
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
Referencias:
Hechos 16:31; Marcos 16:16; Romanos 10:9; Salmos
119:160; Proverbios 30:5; 2 Timoteo 3:16; Lucas 6:46-49; Santiago 1:22; Mateo
7:21-23; Lucas 13:25; Romanos 2:13; Santiago 1:25
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