martes, 14 de septiembre de 2021

En esta vida las caídas son gratis, el triunfo tiene un costo, y lo que hagas con ambos dependen de ti

 


¿Te has dado cuenta que en el andar por el Camino las caídas son gratis pero el triunfo tiene en costo? Déjame lo explico.

 

Si bien cuando respondimos al llamamiento del Padre para venir a salvación en el presente siglo comenzamos un caminar hacia las promesas, ese caminar no ha estado exento de tropiezos, de caídas.

 

La Palabra es clara cuando señala que “…el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis”, es precisamente esto lo que ocasiona aquellos tropiezos, aquellas caídas.

 

Esos tropiezos, esas caídas, realmente son gratis en el sentido de que no necesitan esfuerzo, al contrario, suceden por dejar uno de esforzarse en cumplir la voluntad de Dios, dicho de otra forma, y como lo presenta la Palabra, la carne es débil por lo que solo es cuestión de dejarse llevar por ella, sin esfuerzo alguno, para tropezar, para caer.

 

Por el contrario, el hacer la voluntad de Dios tiene un costo, la Escritura se refiere a esto cuando exhorta a esforzarnos para cumplir con el llamamiento al que se ha respondido: “Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos; que Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejará ni te desamparará”; o “esforzaos y esfuércese vuestro corazón todos los que esperáis en Jehová”; o “esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán”, o “velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos”; esto por solo mencionar algunos exhortos de la Palabra al respecto.

 

Más sin embargo piensa en esto: ¿alguna vez has intentado jugar a las vencidas contigo mismo? El juego de las vencidas es aquel donde dos personas, sentadas, se toman de la mano retadoramente y buscan llevar la del contrincante hacia el lado opuesto hasta que toque la mesa. ¿Alguna vez has intentado jugar contigo mismo? Es un absurdo. Un principio de la física el que la suma de las fuerzas da cero por lo que no podemos ni vencer ni perder jugando contra nosotros mismos.

 

Entonces ¿cómo  es que aquel esfuerzo del que nos habla la Palabra nos dará la victoria? La misma Escritura responde: “Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo”.

 

De esta forma aquel esfuerzo evidencia en cada uno el deseo de cumplir con la voluntad de Dios siendo que, si es así, Él interviene para que aquel juego de vencidas se incline a nuestro favor en este sentido y salgamos triunfadores, después de todo en esta vida las caídas son gratis, el triunfo tiene un costo, y lo que hagas con ambos dependen de ti.

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

www.rocefi.com.mx

 

 

Referencias:

Gálatas 5:17; Romanos 7:18; Mateo 26:41; Marcos 14:38; Deuteronomio 31:6; Génesis 28:15; Salmos 31:24; 1 Corintios 16:13; Lucas 13:24; Mateo 7:13; 1 Corintios 16:13; 2 Samuel 10:12; Isaías 41:13; 2 Timoteo 4:17


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