¿Cuántas
veces en tu vida te has enfrentado a la decisión de hacer lo correcto o bien
hacer lo conveniente? El Pueblo de Israel, de manera individual o colectiva, se
enfrentó constantemente a esta situación y la gran mayoría de las veces decidía
entre lo conveniente, por eso primero el reino fue partido y posteriormente ambos
enviados al exilio.
Pero
esta situación no pertenece al pasado sino, como deja ver la pregunta inicial,
es una batalla que constantemente enfrentan los elegidos ¡incluso y con mayor
razón en la actualidad!
Ahora
bien, ¿qué es lo conveniente? Fíjate cómo es que la misma expresión indica un
relativismo en cuanto a la valorización de las circunstancias. “Voy a decir la
verdad… si es que es conveniente”, “voy a guardar el sábado… si es que es
conveniente”… “voy a vivir conforme a mi llamamiento… si es que es
conveniente”.
Ese
relativismo implica que no hay verdades absolutas y si no hay verdades
absolutas no existe un legislador absoluto al cual rendirle cuentas, ¿miras lo
diabólico de tal razonamiento? ¡Más sin embargo es el pensamiento de la
mayoría!, eso a pesar de la admonición de nuestro Señor Jesús quien exhortó a
los de su tiempo y en su figura nos exhorta a nosotros en nuestro tiempo
diciendo “Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y amplia es
la senda que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella”.
A
eso conveniente se refiere la Escritura cuando señala que “hay camino que al
hombre le [parece] derecho, pero al final, es camino de muerte”, esto porque “el
camino del necio es recto a sus propios ojos, más el que escucha consejos es
sabio”, quienes piensan y actúan así son aquellos que “[…] no escucharon ni inclinaron su oído, sino
que anduvieron en [sus propias] deliberaciones [y] en la terquedad de su
malvado corazón, y fueron hacia atrás y no hacia adelante”.
¿Y
lo correcto? Lo correcto está en función de la verdad ya que la mentira no
puede, por naturaleza propia, ser lo correcto, pero dado que la Escritura
señala “que el hombre no es señor de su
camino, ni del hombre que camina es ordenar sus pasos”, entenderemos que
entonces se requiere de una guía para ello, guía que sólo puede tener su fuente
en la verdad, siendo que la Palabra de Dios es esa verdad que puede guiarnos,
como dice Dios mismo en boca de David en uno de sus salmos “Yo te instruiré, yo
te mostraré el camino que debes seguir; yo te daré consejos y velaré por ti”.
La
próxima vez, ante la decisión de hacer lo correcto o más bien lo conveniente,
antes de decidir por ti y para ti, con el riesgo de tropezar y caer, mejor,
como dice la Palabra, “encomienda a Jehová tus obras, y tus pensamientos serán
afirmados”, así que decide con
sabiduría y valor: lo conveniente a veces no es correcto y lo correcto a veces
no es conveniente.
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
Referencias:
Proverbios 14:12; Romanos 6:21, Proverbios
12:15; Gálatas 6:3; Mateo 7:13; Lucas 13:24; Jeremías 7:24; Nehemías 9:16-20; Jeremías
10:23; Isaías 26:7; Salmos 32:8; Isaías 48:17; Juan 17:17; 2 Samuel 7:28; Proverbios
16:3; Salmos 37:5
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