martes, 14 de abril de 2020

Paciencia, a veces las semillas tardan en germinar pero al final todas florecen



¿Qué podría decirse que es lo más difícil de la vida cristiana?, ¿las tentaciones?, ¿las tribulaciones?, ¿el esfuerzo por vivir píamente?, cada quien pudiera tener su propia respuesta a esta pregunta pero en lo personal considero que uno de los aspectos más difíciles de la vida cristiana es que precisamente no vemos en nosotros esos cambios completos y definitivos que como parte de haber respondido al llamamiento esperaríamos ya fuesen visibles en nuestra vida.

¿Siempre eres honesto?, ¿en tu corazón no hay rencores?, ¿no tienes malos pensamientos?, ¿tu hablar es siempre edificante?, ¿no te gana a veces el coraje?, vayamos todavía más en esto: ¿ya dejaste de pecar?, en pocas palabras ¿consideras que tu vida ya es perfecto y santa como se espera de nosotros?

¡Oh, qué difícil situación!, si acepto mi debilidad pudiera caer en la indolencia de ya no esforzarme, si no la acepto y día con día busco alcanzar eso que ahorita me es imposible puedo desalentarme, deprimirme, ¿entonces?, la solución parcial a esto es entender —y diferenciar— que una cosa es el camino y otra muy distinta el destino, curiosamente ambas están íntimamente relacionadas.

El camino es ese andar que en la propia vida experimentamos y cuya vivencia nos habilita para reflejar el carácter perfecto y santo del Padre, experiencia que por su propia definición implica entender a cabalidad las consecuencias tanto de ser obediente a la voluntad del Padre así como de serle rebelde. El destino es esa meta final referida a ser reyes y sacerdotes con Cristo en el reino venidero donde, despojados de esta cabalidad, podamos servir a Dios de manera perfecta y santa.

Menciono que el entendimiento anterior es apenas una solución parcial pues la solución definitiva tendrá pleno cumplimiento cuando regrese nuestro Señor y seamos transformados dejando atrás esta carnalidad que ahorita nos impide alcanzar ese ideal de perfección y santidad.

Ahora bien, de manera práctica, ¿cómo poner el anterior pensamiento por obra? La Escritura responde al señalar que “siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse”, y Pablo, sobre esto mismo, aconseja la mejor actitud que ante lo expresado en párrafos anteriores pudiera uno tener cuando a los de Filipo les dice “Hermanos, yo mismo no hago cuenta de haber lo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo al blanco, al premio de la soberana vocación de Dios en Cristo Jesús”.

¿Y qué hacer con esa reconvención que nuestra conciencia nos hace cuando incurrimos en algo contrario a la voluntad del Padre?, Juan en su primer carta aconseja “si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo”, como escribe Pablo a los Hebreos “por lo cual Él [Cristo] también es poderoso para salvar para siempre a los que por medio de Él se acercan a Dios, puesto que vive perpetuamente para interceder por ellos”.

¿Te tropezaste?, ¿caíste?, ¿cometiste algún pecado?, ¡pues levántate!, no has sido llamado para derrota, para abatimiento, sino para ser vencedor en Cristo Jesús, y como dice la Escritura hay “más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente [—aunque este pecador sea alguien que ya respondió al llamado y por su andar en el Camino tropezó y cayó—], que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento”, conque sin mirar lo aún no conseguido sigamos avanzando hacia el pleno cumplimiento de las promesas que del Padre se han recibido, así que paciencia, a veces las semillas tardan en germinar pero al final todas florecen.


Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación • I+D+i • Consultoría
Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor


Referencias:
Mateo 5:48; 1 Pedro 1:16; Deuteronomio 18:13; 2 Timoteo 3:12; 2 Corintios 4:9; Proverbios 24:16; Salmos 37:24; Filipenses 3:14; Romanos 11:29; 1 Juan 2:1; Romanos 5:10; Hebreos 7:25; Efesios 3:20; Romanos 8:37; 1 Corintios 15:57;  Filipenses 3:21; 1 Corintios 15:49

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