Cuando
uno no tiene mayores referencias para algo que está viviendo, esto puede
parecerle eterno. Piensa la primera vez que fuiste al dentista. Cada segundo de
la consulta te parecía interminable. Cuando pensabas que ya todo iba a terminar
te encontrabas con que el dentista volvía a trabajar en tus dientes haciendo
ese momento interminable.
Nuestra
vida natural es igual. Dado que no tenemos otra experiencia contra la que
comparar, ésta nos puede parecer interminable, eterna. Pero ¿qué nos dice la
Escritura? David reflexionando sobre esto escribió que “el hombre es semejante
a un soplo; sus días son como una sombra que pasa”, de igual forma
reflexionando sobre esto mismo señalo “he aquí, tú has hecho mis días muy
breves, y mi existencia es como nada delante de ti; ciertamente todo hombre,
aun en la plenitud de su vigor, es sólo un soplo”.
Con
todo y todo, dado que nuestra vida puede parecernos muy larga, casi interminable,
el mayor riesgo que se corre es desperdiciar el corto tiempo que se nos ha
asignado. Contrariamente a esto la Escritura nos exhorta a aprovechar este
breve interludio consciente del que se nos ha dotado. Pablo escribiendo a los
de Colosas, y en su figura a los cristianos de todos los tiempos, les exhortaba
diciendo “andad sabiamente para con los de afuera, aprovechando bien el tiempo”,
en el mismo sentido escribiendo a los de Éfeso, y en su figura a los que a lo
largo de los siglos creerían en Jesús, les estimulaba a andar “aprovechando bien el tiempo, porque los días
son malos.”
¿Y
en qué deberíamos estar ocupados? Salomón, reflexionando al igual que su padre
sobre la existencia humana, escribió “todo este discurso termina en lo
siguiente: Teme a Dios, y cumple sus mandamientos. Eso es el todo del hombre”. Recordemos
que se nos han dado talentos y que al regreso de nuestro Señor se nos pedirán
cuentas de cómo los hemos usado siendo que ahí no habrá argumento que valga por
si desperdiciamos el tiempo que se nos asignó.
Con
todo y todo, ¿cómo podemos a nuestra existencia darle ese carácter imperativo
de la levedad de que la misma está dotada? David en uno de sus salmos señala
una sugerencia que al respecto nos puede ser de mucha utilidad: “Enséñanos de
tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría”. Así es, la
reflexión que sobre nuestra vida mayormente puede beneficiarnos es aquella que
cae en la conciencia de lo poco que ésta dura, sobre todo si se compara de cara
a la eternidad a la que estamos llamados.
Pero
independientemente de esto, un hecho es que lo pesado que la misma vida tiene
puede hacer que ésta nos parezca excesivamente tediosa y por lo tanto
interminable, ¿qué hacer?, recordar lo que Pablo escribiendo a los Roma, y en
su persona a todos los creyentes de todos los tiempos, les decía cuando
señalaba “considero que los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos
de ser comparados con la gloria que nos ha de ser revelada”, así que ya lo
sabes ante lo corto de la vida tienes dos posibilidades: aprovecharla o
desperdiciarla, tú decides.
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
Referencias:
Salmos
144:4; Job 8:9; Eclesiastés 12:13; 1 Samuel 12:24; Colosenses 4:5; Santiago
3:13,17; Efesios 5:16; Romanos 13:11; Mateo 25:14-30; Salmo 90:12; Juan 9:4; Romanos
8:18; 2 Corintios 4:17