miércoles, 23 de enero de 2019

El quedarte sentado solo hará que más pasos te separen de tu meta



La frase de nuestro Señor Jesús de que vayamos a Él todos todos los que estemos trabajados y cargados, pues Él nos hará descansar, no debe ser tomada por el cristiano como un llamamiento a la desidia ya que claramente en esa exhortación se nos habla de llevar su yugo pues éste es fácil y la carga que el mismo impone ligera.

Sobre esto hay que aclarar que yugo es un término que permite identificar al instrumento fabricado en madera donde mulas o bueyes son atados para constituir una yunta y al cual se sujeta el dispositivo para direccionar al arado o el pértigo del carro.

Así que la referencia del yugo implica el sentido de éste para direccionar a quienes conduce, en el caso del cristiano el yugo de Jesús son los mandamientos del Padre pues nuestro Señor aclara que éste es requisito para permanecer en Su amor, así como Él los ha guardado para permanecer en el amor del Padre. Y respecto de ese amar, la misma Escritura aclara que el amor de Dios es guardar sus mandamientos, señalando, de nueva cuenta y en el mismo orden de ideas, que los mismos no son gravosos.

Aclarado el punto, la actitud que se espera del cristiano, como se comentó inicialmente, no es desidia sino de trabajo, esfuerzo y fructificación. La parábola de los talentos, donde el amo que deja por un tiempo a sus siervos dándoles talentos para que los trabajen, elogia a los siervos que con su esfuerzo lograr multiplicar los talentos, mientras que condena al siervo que ocultando los talentos los entrega sin rendimiento alguno.

Estas ideas deben servir de reflexión para todos en nuestra vida cristiana pues podemos, como el siervo desidioso de la parábola de los talentos, pensar que, dada la redención conseguida por el sacrificio de nuestro Señor Jesús, podemos sentarnos a esperar nuestra liberación final sin hacer nada en el inter. Antes bien en nuestra mente y en nuestro corazón debe estar presente la admonición de nuestro Salvador quien claramente señala que todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego.

La vida cristiana, si bien sobrenatural, sigue existiendo mientras estamos en este cuerpo carnal, por lo que a veces uno puede cansarse, tomar un respiro es válido, nuestro Señor Jesús mismo, en un momento dado, invitaba a sus discípulos a ir a algún lugar a descansar un poco. Pero una cosa es tomarse un descanso y otra dejar el trabajo tirado, como el perezoso de Proverbios, con el consecuente resultado de no producir nada.

El cristiano, acorde con su llamamiento, sabe que ha sido llamado a producir fruto, y fruto en abundancia, siendo que tiene un tiempo para ello, por lo que si lo desperdicia mayor será el esfuerzo para conseguir el mismo resultado esperado, así que recuerda el quedarte sentado solo hará que más pasos te separen de tu meta.


Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación • I+D+i • Consultoría
Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor



Referencias:
Mateo 11:28-30; Juan 15:10; 14:21; 1 Juan 5:3; 2 Juan 1:6; 1 Juan 2:3; Mateo 25:14-30; Mateo 7:19; Juan 15:2; Marcos 6:31; Proverbios 20:4; 13:4; Juan 15:8

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