Sin duda alguna que toda la historia de la
humanidad, desde la rebelión de nuestros primeros padres, ha sido un peregrinar
por este mundo bajo el sufrimiento y la muerte, de este destino nos ha salvado
nuestro Señor quien, cargando sobre sí nuestros pecados nos ha ganado redención
plena.
Con todo y todo este mundo sigue siendo un
mar de lágrimas, como escribe Pablo a los de Roma: “Porque sabemos que toda la
creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; y no solo ella, sino que también nosotros
mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro
de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo”.
Pero incluso en ese escenario el elegido
puede hacer la diferencia, ¿cómo?, viviendo la fe de tal manera que realmente
sea sal de la tierra y luz del mundo, ¿y esto como se hace?, siendo congruentes
con el llamamiento del Padre al que se ha respondido para venir a salvación en
el presente siglo.
Sobre esta congruencia que debe existir, Pablo
en la misma carta a los de Roma señala “tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te
enseñas a ti mismo? Tú que predicas que no se ha de hurtar, ¿hurtas? Tú que
dices que no se ha de adulterar, ¿adulteras? Tú que abominas de los ídolos,
¿cometes sacrilegio? Tú que te jactas de
la ley, ¿con infracción de la ley deshonras a Dios? Porque como está escrito, el nombre de Dios
es blasfemado entre los gentiles por causa de vosotros”.
Así se nos establece una responsabilidad
incluso de lo que el mundo ahorita es. En efecto, no podemos cambiarlo en su
totalidad, eso será al regreso de nuestro Señor cuando inicie el Reino de Dios,
pero sí podemos hacer la diferencia viviendo conforme a la fe que decimos
profesar.
El elegido sabe que este mundo y sus pasiones
pasa, pero también sabe que seguimos siendo parte de este mundo resguardados
por Dios del mismo, de esta manera, si no nos gusta lo que en el mundo vemos,
debemos vivir de tal forma, conforme al llamamiento, que hagamos un cambio en
el mismo, después de todo lo que ves
en el mundo es un reflejo de lo que haces o dejas de hacer, así que menos queja
y más acción.
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
Referencias:
Génesis 3:1-24; 1 Timoteo 2:14; Romanos
3:24-26; 2 Corintios 5:21; Romanos
8:22-23; 2 Corintios 5:2; Romanos 2:21-24; Lucas 12:47; 1 Juan 2:17; 1
Corintios 7:31; Juan 17:15; Mateo 6:13
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