Hay
un dicho muy común que señala que a la oportunidad la pintan calva, esto como
una analogía de alguien que pasa y al cual se le dificulta agarrarlo de los cabellos
al carecer de él. Creo que hay mucho de verdad en ello y es por eso que uno
debe estar preparado, de otra forma, aunque la oportunidad esté calva, al menos
no estaremos nosotros mancos para poder intentar aprovecharla.
En
el caso de los elegidos es exactamente igual pues en el ahora tenemos la
oportunidad que se nos ha brindado por el llamamiento al que hemos respondido,
oportunidad que conlleva las promesas que se nos han hecho pero que a la vez
implican que nos esforcemos por alcanzarlas, como escribe Pablo a los hebreos
“mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que
desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si
desecháremos al que amonesta desde los cielos”
¿Y
cómo podríamos estar preparados para aprovechar la oportunidad que se nos ha
dado? Pablo, escribiendo a los de Éfeso, les describe lo que se conoce como la armadura de Dios: “Vestíos de toda la
armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo
[…] Por tanto, tomad toda la armadura de
Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar
firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos
vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio
de la paz. Sobre todo, tomad el escudo
de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada
del Espíritu, que es la palabra de Dios; orando en todo tiempo con toda oración y
súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por
todos los santos”.
Ceñir,
quiere decir apretar, ajustar o rodear la cintura u otra parte del cuerpo con
una prenda de vestir u otra cosa, así que el ceñirse los lomos con la verdad implica
que nos debemos ajustar a ella, ¿y qué es verdad?, la Palabra de Dios, tanto
escrita como hecha carne, es verdad. Ahora ¿qué es justicia?, los mandamientos
de Dios son justicia, dice la Escritura, así que el vestirse con la coraza de
justicia implica que la observancia de los mismos nos protegerá de las
maldiciones que la desobediencia acarrea. El calzarnos los pies con el apresto
del evangelio de la paz implica que nuestro andar por el Camino debe servir lo
mismo para dar testimonio de las verdades divinas ante todos, siendo luz del
mundo, como para irnos edificando en el llamamiento al que hemos respondido. Fe
en hebreo es emuná que tiene un
fuerte referente con la fidelidad, de ahí que cuando se nos dice que tomemos el
escudo de la fe, significa que lo que nos puede servir para defendernos del
Enemigo, el Mundo y la Carne es el permanecer fieles a las verdades que se nos
han revelado. El tomar el yelmo de la salvación implica que en nuestra mente,
en nuestro entendimiento, deben estar claramente plasmadas las verdades de
salvación ya que siendo así podremos resistir los embates de las doctrinas falsas, la
astucia de los hombres, las artimañas engañosas del error. Tomar la espada del
Espíritu, que es la palabra de Dios, significa que no son nuestras ideas,
nuestros pensamientos, los que deben servir para argumentar a favor de la
verdad sino la manera en que la misma es presentada en la Escritura. Por
último, Pablo exhorta a estar orando en todo tiempo con toda oración y súplica
en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos
los santos ya que como nuestro Señor nos dijo “Velad y orad, para que no
entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es
débil”.
Solo
tenemos este momento que se nos ha concedido para alcanzar las promesas que se
nos han dado, el trabajo es arduo, así se nos dijo, pero más pesado será y
posiblemente no alcanzaremos aquello que procuramos, si siendo indolentes no
nos esforzamos por ello, así que como dicen que a la oportunidad la pintan
calva ¡asegúrate de al menos tú no estar manco!
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
Referencias:
Filipenses
3:14; 1 Corintios 9:24; Hebreos 12:25; Deuteronomio 18:19; Efesios 6:11-18; Juan
17:17; 2 Samuel 7:28; Salmos 119:172; Romanos 7:12,14; Mateo 5:14-16; Filipenses
2:15; Judas 1:3; 1 Timoteo 6:12; Efesios 4:14; 1 Corintios 14:20; Mateo 26:41; Marcos
14:38