martes, 20 de octubre de 2020

Fíjate en las huellas en la vida: si están delante de ti solo sigues a otro, si están detrás, tú haces la historia

 


El elegido que ha respondido al llamamiento del Padre para venir a salvación en el presente siglo sabe que solo debe seguir a Jesús. Claramente nuestro señor exhortó a los de su tiempo, y en su figura a los cristianos de todos los tiempos diciendo “pero vosotros no queráis que os llamen maestro; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos”, incluso Pablo, quien apelaba a imitarle, señalaba claramente que en realidad en su ejemplo se estaría imitando a Cristo, no a él por sí mismo: “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo”.

 

Nuestro Señor claramente dejó constancia de la diferencia entre fundar nuestra casa en la Roca, Él mismo, poniendo por obra lo que nos dice, y fundar la casa sobre la arena, es decir, sin poner por obra lo que él nos pide. De igual forma señaló muy claramente diciendo “no todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos”.

 

Curiosamente, y a pesar de todo lo dicho anteriormente, hay quienes, en vez de seguir la Palabra escrita, la Biblia, y echa carne, Jesús, siguen, de nueva cuenta como en el pasado, tradiciones de los hombres corriendo el riesgo de invalidar la voluntad de Dios.

 

Del cristiano se espera que una vez venido a la verdad, crezca en el conocimiento de Dios y de Su Hijo pasando del alimento líquido, las verdades de salvación, al alimento sólido, las verdades de comprensión, llegando a ser capaces de manejar con precisión la palabra de verdad, desafortunadamente algunos, una vez venidos a la verdad, se estancan en esto.

 

¿Cuál es el principal indicador del estancamiento espiritual anteriormente mencionado? La expresión de algunos que, cuando se trata de avanzar en la compresión de las verdades espirituales, solo puede responder “así me lo enseñaron cuando me evangelizaron” o bien “así se entiende en la iglesia” o bien “una vez venido a la fe así alguien una vez me lo explicó”.

 

Dicha expresión denota un desconociendo de la Palabra, por eso la Escritura reconoce a los de Berea ya que éstos no se quedaban solo con lo que recibían como instrucción sino que se iban a la Palabra para escudriñar si así era ello. Pero esto no es lo peor, lo peor es que al atenerse a lo que otros dijeron pueden estar siguiendo, no a la Palabra escrita ni a la Palabra echa carne, sino a los hombres.

 

Recordemos que todos los miembros del Cuerpo de Cristo “en parte conocemos, y en parte profetizamos”, luego entonces si nos atenemos a lo que en parte alguien comprendió, si no lo contrastamos con la Palabra, si no avanzamos en la comprensión de ello, tendremos solo parte de parte, corriendo el riesgo de ser ciegos guiados por otros ciegos llagando a perecer por falta de conocimiento.

 

El mayor problema de lo anterior no estriba en las verdades de salvación, los principios doctrinales, ya que estos son claros en la iglesia de Dios, el riesgo está en las verdades de comprensión, en ese alimento sólido para el cual es requerido tener ejercitado, desarrollado, fortalecido el conocimiento que deviene de lo alto lo cual solo es posible si constantemente se trabaja, si uno trabaja en ello, así que en cuanto al andar por el Camino fíjate en las huellas en la vida: si están delante de ti solo sigues a otro, si están detrás, tú haces la historia.

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

www.rocefi.com.mx

 

 

Referencias:

Mateo 23:8; 1 Pedro 5:3; 1 Corintios 11:1; 1 Tesalonicenses 1:6; Lucas 6:46-49; Santiago 1:22; Mateo 7:21; Romanos 2:13; Marcos 7:1-13; Colosenses 1:10; Filipenses 1:27; 2 Pedro 3:18; Hebreos 5:14; 1 Corintios 3:2; Hebreos 5:12; 2 Timoteo 2:15; Hechos 17:11; 1 Corintios 13:9; Mateo 15:14; Filipenses 1:9; Oseas 4:6; Isaías 5:13; Jeremías 5:4


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