El elegido, recordando las palabras de
nuestro Señor en el sentido de “buscad primeramente el reino de Dios y su
justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”, sabe que debe tener un
correcto orden de prioridades en su vida.
De inicio, respecto de lo anterior, uno debe
tener muy en claro a qué se refiere eso de la justicia del reino de Dios, ¿cuál
será esa justicia que uno debe buscar primeramente?, “todos tus mandamientos
son justicia”, dice la Escritura, de ahí que, la recomendación práctica, la
técnica de vida, por decirlo en cierta forma, de todo elegido, estriba en
tratar de vivir conforme a la Ley de Dios, sus Diez Mandamientos, ojo: tal cual
están escritos en Éxodo 20, no tal cual los ha cambiado el Enemigo, el Mundo y
la Carne.
Ahora bien, la segunda parte de la cita, “y
todas estas cosas os serán añadidas”, ¿a qué se refiere?, previo a eso dicho
por nuestro Señor, Él mismo señaló a qué se referiría cuando dijo “por tanto os
digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de
beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el
alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no
siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las
alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de vosotros podrá,
por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, ¿por
qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni
hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como
uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el
horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No
os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?
Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe
que tenéis necesidad de todas estas cosas”.
“Si, ya sé –podrá decir alguien– eso se
refiere a que no me preocupe por las cosas materiales como comer o vestir
anteponiendo ello a la búsqueda de la justicia del reino de Dios”, y sí, es
verdad, eso significa, pero naturalmente, eso quiere decir que espiritualmente
tiene aún mayor comprensión.
El comer, espiritualmente, se refiere a ese
alimento de vida que necesitamos, el vestir, de igual forma, se refiere a ese
irnos revistiendo del nuevo hombre, incluso de esto, Dios nos dice que no nos
preocupemos, Él hará, lo único que requiere de nosotros es ese esfuerzo para vivir
conforme a su voluntad expresada en su Ley, sus Diez Mandamientos.
Sobre esto es esclarecedor la parte que
señala “quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura
un codo”, ya que, espiritualmente hablando, se refiere a ese crecimiento que
ser requiere para alcanzar la estatura perfecta de Cristo.
Así que incluso, si buscando lo espiritual
–alimento, vestido o crecimiento- nos afanamos tanto que la búsqueda de la
justicia del reino de Dios es dejada de lado, estamos mal, y eso de que Dios
hará no es un invento de uno, sino lo que la Palabra claramente señala: “Estando
convencido precisamente de esto: que el que comenzó en vosotros la buena obra,
la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús”.
El elegido tiene muy en claro las metas
eternas que persigue y, en ese sentido, las metas temporales, e incluso las
espirituales, no le entorpecen para colocar, el correcto orden, las prioridades
relativas, siendo la primera el buscar el reino de Dios y su justicia, así que
recuerda: usa las cosas para llegar a ser... no al revés.
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
Referencias:
Mateo 6:33; Eclesiastés 10:2; Salmos 119:172; Deuteronomio 6:7; Mateo 6:25-32; Filipenses 4:6; Mateo 4:4; Lucas 4:4,8,12; 2 Corintios 4:16; Colosenses 3:10; Efesios 4:13; 2 Pedro 1:4; Filipenses 1:6; Salmos 138:8